El Pórtico de San Lorenzo, recién inaugurado frente a la iglesia homónima, busca revivir la esencia de las tabernas cordobesas con una propuesta que combina la tradición con platos más elaborados. Dirigido por Agustín Berrocal en sala y Francisco Carmona en la cocina, el establecimiento ofrece opciones de tapeo para la barra y mesas altas, así como raciones y platos más elaborados para las mesas bajas y la terraza. Destacan platos como las croquetas de pringá y se prioriza el uso de productos locales y vinos de Montilla-Moriles en la elaboración. El ambiente es luminoso y acogedor, con una terraza sombreada y trece mesas en total.