Es uno de los locales más novedosos y atrevidos de la ciudad. El color violeta y la fantasía de los sueños lo impregna todo, tal y como lo concibió su chef Javi Moreno junto a José Piñero, interiorista, diseñador industrial y creador de vajillas de desbordante imaginación. Tanto la estética como la carta del Vértigo definen el estilo y la personalidad de su cocinero. Su gusto por la cocina callejera queda plasmado en platos que se inspiran en Japón, China, Singapur, Tailandia, Corea, México o Vietnam. En el apartado líquido hay que dejarse llevar por sus cócteles en vasos imposibles o por sus vinos, con etiquetas especialmente particulares y singulares.